martes, 4 de septiembre de 2012

TIEMPOS DE NOSTALGIA BAJO EL CIELO ESCARLATA


 
Ha salido a media noche,
el agraciado ángel de las letras
y trepado en el manzano florido,
deja escapar de su flauta antigua
extrañas melodías irreales,
de su bolso traslucido
despacio y con cuidado,
saca su diario luminoso
y mientras contempla
la realidad circundante
deja que su tiempo discurra
pescando en las tinieblas
estremecimientos y suspiros,
salvándolos de ahogarse
en medio de la lluvia.
 
Antes de que las ideas de su mente lúcida,
sean atravesadas
por la hiriente y pesada flecha del olvido,
las dibuja con los febriles trazos
de sus manos luchadoras.
 
Deshila penas
con sus dedos de cristal
y teje con hilos vaporosos
historias de heridas y ríos secos,
de flores marchitas sin perfume,
del eco lastimero y frustrante
de la terrible agonía y muerte
de los sueños.
 
Bajo la famélica luna
va registrando hechos de miserias y victorias,
de cuerpos sangrantes y de besos prohibidos,
de alondras tiritando adormiladas
en el portal de los sueños.
 
 
Retrata para siempre
el preciso momento,
en que miles de pies desnudos
rozan el asfalto,
dejando
como eterna huella,
la mezcla de sangre y polvo nacarado.
 
Describe la silueta admirada
de la mujer excepcional,
que  se  reveló segura
desnudando sus deseos ocultos
he inhibidas pasiones.
 
Exalta con palabras visibles,
los rostros enmarcados
por las miradas inquisitivas,
que aprendieron a esquivar  
martirizadores colores opacos.
 
Abriga con sus candentes letras,
los cuerpos rígidos,
que han dejado
apagar sus vidas,
en  la soledad  de sus días
y en la monotonía silente del afilado silencio,
bajo los cielos carcomidos
por la contaminación difusa y sin medida.
 
 
Palpa con su lápiz negro,
las bocas plagadas
de dientes desgastados por roer,
las retorcidas y esquivas astillas de aire,
para retar al hambre y aplacar
las satíricas muecas de la muerte en asecho
y pincela los delicados labios
tiñéndolos de granate,
para que sigan gesticulado
insaciablemente preguntas
hasta merecer la satisfacción  
de la coherencia en las respuestas.
 
Fija en la piel blanquecina de la hoja de papel
los pies que a metros del piso,
han buscado escapar de realidades nefastas
y amedrentar los temores malsanos,
emprendiendo camino durante largas jornadas
a través de la delgada soga del intento,
izando como velas para mantener el equilibrio
y minimizar la fragilidad del cuerpo,
los instantes fecundos de coraje
y la fiebre de la sangre corriendo por las venas,
al pensar en alcanzar las cumbres
para acariciar presos de cordura
la brillante fruta del logro justo.
POR: ANA MARIA DELGADO P.

No hay comentarios:

Publicar un comentario