viernes, 8 de abril de 2011

ATRAVESANDO MUROS MIENTRAS CAE LLOVIZNA EN EL DESIERTO

Sombra que se estrella en la pared,
voz que agitada grita y se pierde,
cicatriz que se  abre
cual  grifo que sangra opacando sueños,
oscura y estrecha prisión devoradora de ilusiones,
imprudente y perversa causante de fuertes dolores.
                                      
Piel  gastada, huesos débiles,
cuerpo enfermizo y extenuado,
calor, mugre, hambre…..
lágrimas que ensombrecen las miradas…
recuerdos que se alejan…
esperanzas que se disipan como bruma,
repudiable olor a despiadado olvido….
soledad encaramada en nubes oscuras,
marasmo a vivir situaciones inmerecidas,
labios ajados ….garganta cansada,
manos curtidas, sangrantes, doloridas…
                                                          

Hombre de mirada ausente,
…. como ha pasado el tiempo,
como ha abusado de ti el olvido ….

                                                                 
Que la milagrosa brisa,
atraída por los gritos sensuales de la madrugada,
enamorada de su cuerpo de claridad prometedora,
en medio de una declaración romántica,
algún día permita,
que suavemente te tomes,
de sus frescos y ondulantes cabellos,
para viajar lejos
de las sombrías paredes
que estancaron tu vida…
y abortaron tus prolíficos sueños,
y las ideas que a raudales,
florecían en tu mente admirable.
                                                                   
Desnudaras tu cuerpo y tu alma
abrirás  tu pecho…. para que el sol funda el hielo,
renunciaras  a la sensación de derrotas,
no compensarás la amargura del dolor con dolor,
te despedirás eternamente del recuerdo,
de los persistentes azotes
de la soberbia y la maldad.


Enterraras los sentires y pensares de desagravio,
te olvidaras de nombres,
de fechas,
de hechos,
de indiferentes miradas,
de palabras sin efecto,
de incumplidas promesas que flotaron
alejándose en medio del vendaval,
de gotas de compasión que se secaron,
antes de humedecer las hoja muertas,
del árbol que hace mucho tiempo,
viste morir frente  a la estrecha ventana
de tu forzada morada,
ventana que sin intención,
te recuerda que afuera,
tu alma puede moverse con cadencia,
y tu voz puede estallar en grito liberador,
para reconquistar las cosas simples
que un día amaste …

POR: ANA MARIA DELGADO P.

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