viernes, 8 de abril de 2011

AL ABRIGO DEL SOL

Me estremezco al escuchar
el continuo y  brusco golpear
de las impredecibles y pesadas gotas de lluvia,
en las tejas de barro de la antigua casa.

La humedad traspasa las gruesas paredes,
y el frio  impresionante punza en mi piel,
te miro y me acerco a ti en el lecho,
sintiendo en mi rostro  tu tibio aliento.


Te observo, mientras duermes,
frágil e inocente,   
y me provoca arrancarme la piel
y cubrirte con ella,
combatiendo al viento que se arremolina,
en  las delicadas formas de tu cuerpo.


Tu piel dorada murmura,
como suaves notas de acordeón,
implorando que mis manos de artista,
te recorran sin pudor.


Despiertas, 
desbordas besos
confías en mí,
me quemas con tu fuego,
me enrollas entre tu cabello,
entre tus manías y  tus juegos
decides cada paso y te sigo…


Me vuelvo amante prisionero de ti...
hasta saciarme beso con ternura tus prados,
tus enramadas, tus bosques y tus claros…
     en autentica e intima guerra pasional
nos enfrentamos,
sin farsas, sin frenos…


Tejemos ofrendas al amor,
nuestros cuerpos bailan sin rienda,
al compas pasional de los deseos,
y hablan de nuestras ganas juntas…
en el aire se percibe
la fragancia ligera a maduras manzanas,
a  rosas, a mangos...
es el olor de nuestros insaciables cuerpos



Olvidamos el frio, la humedad de las paredes,
el incesante y  rudo golpear
de las impredecibles y pesadas gotas de lluvia
en las tejas de barro de la antigua casa…

                                                                  POR: ANA MARIA DELGADO P.

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